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Decálogo del buen senderista

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Salir a la montaña a practicar senderismo es una decisión que debe tomarse desde la responsabilidad hacia uno mismo y hacia el entorno en el que se adentra. Tanto si eres principiante como si ya gozas de algo más de experiencia, este decálogo del buen senderista resume las pautas básicas que has de tener en cuenta cuando planifiques tu salida y durante la misma.

  1. La vestimenta. Es muy importante que te vistas adecuadamente para salir a la montaña, con ropa cómoda y ligera. Si es otoño o invierno será importante que te lleves el chubasquero y, en cualquier caso, algo que te proteja, llegado el momento, del agua, el frío y/o el viento. Recuerda que también debes prestar atención a la elección de tus calcetines y que, para vestirte, puedes usar la teoría de las tres capas. Infórmate siempre de la meteorología prevista para esa jornada.
  2. El calzado. Fundamental para poder caminar cómodamente y también con seguridad. Los pies recogen todo el peso del cuerpo y es muy importante que elijas las mejores botas para evitar rozaduras o torceduras. Que sean transpirables, impermeables y no las estrenes para una ruta muy larga o te puedes encontrar con alguna sorpresa.
  3. El equipo. La elección de la mochila no la debes dejar como algo secundario, ya que se convertirá en tu fiel acompañante y deberá adecuarse a las necesidades de la ruta. No te olvides las gafas de sol, una gorra y el protector solar. Lleva, también, un pequeño botiquín con lo imprescindible por si surgiera algún contratiempo como una simple rozadura que puede fastidiarte todo el día.
  4. Los bastones. Los bastones te ayudarán en las bajadas de pendientes, ya que al clavarlos tendrás una mayor seguridad y agarre. Para las subidas, calma y tranquilidad, hazlo a pasos cortos y en movimientos de zigzag, también ayudándote de los bastones.
  5. La hidratación. Es vital que te lleves agua para evitar deshidratarte, o algún otro líquido que te ayude a mantenerte fresco en todo momento. Bebe cada 20 minutos, más o menos, aunque no tengas sed.
  6. La alimentación. Llévate comida que sea fácil de digerir por el cuerpo y que te proporcione energía para el camino, como barritas, frutos secos… Antes de empezar es bueno ingerir azúcares e hidratos de carbono. Si la andada es larga prepara bocadillos para cuando paréis a comer. Necesitarás reponer fuerzas.
  7. El entorno. Conforme camines por la montaña debes tener claro que todo tiene que quedar tal y como lo has encontrado, así que llévate la posible basura que hayas generado y, si fumas, ten mucho cuidado con dejar alguna colilla mal apagada.
  8. Los caminos. Para evitar imprevistos o dañar alguna zona que no tiene por qué ser transitada, sigue los senderos marcados y respeta las rutas que están señalizadas y preparadas para ello. Es esencial que te prepares la ruta con antelación, que estudies por dónde vas a tener que ir y la dificultad que puede tener el recorrido. Sé realista en la elección. Tú mejor que nadie sabrás hasta dónde puedes llegar.
  9. El ritmo. Si has salido en grupo no dejes a nadie por detrás, solo; debéis mantener un ritmo similar y si alguien se queda rezagado, esperarle. Esto lo puedes prever con antelación cuando decidas con quién hacer la ruta, aunque también puede darse algún imprevisto que retrase a alguien.
  10. La forma física. Para salir a la montaña será necesario que tengas un buena forma física, sobre todo si la ruta entraña alguna dificultad o es muy larga. Es muy importante que realices estiramientos y que durante el trayecto vayas dosificando las fuerzas para cumplir el objetivo previsto con todas las garantías.

Autor: Margot

Encantada, soy Margot, una bloguera apasionada por escribir y compartir mis pensamientos e ideas con el mundo. Desde que era niña, me ha gustado leer y escribir, y siempre he tenido una mente creativa que no para de imaginar historias. A lo largo de los años, he descubierto en el blogging una forma de darle vida a mis ideas y experiencias, y de conectar con personas de todo el mundo. Me encanta explorar nuevos temas, investigar, y plasmar mis pensamientos en la pantalla. Para mí, escribir es una forma de expresión y libertad, y espero poder seguir compartiendo mis reflexiones y perspectivas con otros a través de mi blog.