Los errores más frecuentes en la montaña

Lo hemos repetido ya en varias ocasiones en este blog. Pero nunca es suficiente. La montaña nos puede sorprender. Aunque hagamos una ruta fácil, teóricamente bien señalizada o con muy buen tiempo, nunca debemos confiarnos. Hay que ir preparados. En todos los sentidos. Alimentación, agua, ropa, utensilios como navaja, linterna, botiquín, etc. Los errores en la montaña pueden tener graves consecuencias.
Si tuviéramos que resumir en dos palabras cuál es el error más frecuente en la montaña sería “no confiarse”. Por sencillo que parezca, aunque tus piernas te digan que estás muy fuerte, no te confíes. Nadie está exento de sufrir un percance imprevisto, por supuesto, pero si pones de tu parte y sigues una serie de consejos básicos, tus posibilidades de vivir en primera persona un rescate de montaña (en el mejor de los casos) serán pocas.
Principales errores en la montaña
Conocer nuestras posibilidades
Obviamente son los principiantes los que más riesgo corren. Es normal. Y uno de los errores habituales en la montaña para las personas poco duchas es querer hacer más de lo que pueden. Si nunca hemos hecho montañismo, y nuestra experiencia se reduce a unas cuantas rutas sencillas de senderismo, no tratemos de ascender un pico de 4.000 metros el primer día. Es mejor comenzar por uno de 1.500, o un dosmil sencillo. Si estamos en Aragón, el Moncayo es un buena prueba para debutantes.
Ritmo tranquilo
Es también habitual que, la primera vez que ascendamos un pico, sintamos una ilusión especial. Estaremos eufóricos. Eso está bien, pero hay que estarlo en la cumbre. Mejor dicho, cuando estés abajo de nuevo. Por el camino tienes que marcar un ritmo regular y bajo. Seguro que tienes fuerzas para ir más rápido, pero da igual. Vete despacio, contempla el paisaje. Dosifica al máximo.
Hidratación
En la montaña, muchas veces, corre el viento y no hace demasiado calor. Esto puede provocar que no tengamos sed. Da igual, debemos beber agua cada cierto tiempo. Hidratarse es básico.
No hay que llegar a la cima de la montaña obligatoriamente
Es éste uno de los errores más frecuentes en la montaña. Cuando subimos un pico por primera vez queremos llegar, y no pensamos en las consecuencias. Pero esto no puede ser así. Hay que analizar fríamente la situación. Si nos quedan dos kilómetros en ascenso y empieza a ser tarde, o hace mal tiempo, debemos darnos la vuelta. Si los grandes alpinistas como Oiarzabal o Edurne Pasaban se han rendido a 8.000 metros de altura, nosotros también podemos hacerlo.
Son cuatro errores habituales en la montaña. Fallos básicos y repetidos que, si no sabemos controlar, pueden darnos un disgusto.