Geocaching en España

El geocaching en España es una actividad que aúna aventura, orientación, turismo y bonitos paisajes ya que permite recorrer diferentes parajes de la geografía nacional para buscar y esconder tesoros. Cuando alguien encuentra un cache deja su nombre y la fecha en el bloc de notas que se deposita dentro del recipiente con los demás objetos. Normalmente son estancos para que el agua no dañe su estado al permanecer a la intemperie.
El funcionamiento es el siguiente. Alguien esconde el objeto y publica las coordenadas de donde está; con ayuda de GPS, se puede hallar estos tesoros en la propia ciudad, en la montaña o en otra ciudad donde se encuentre de vacaciones y que quiera descubrir desde otro punto de vista. Quien encuentra los objetos puede llevarse uno pero siempre dejando a cambio otro, de igual valor o superior, para la siguiente persona que llegue hasta ahí.
Por otro lado, también se pueden hacer geocaches en cadena; cuando alguien encuentra un tesoro puede leer también una nota con las coordenadas de otro regalo.
La historia del geocaching en España
El origen del geocaching se remonta a las noticias sci.geo.satellite-nav dedicado a los Sistemas Globales de Navegación por Satélite (GNSS). Un miembro de este grupo quiso celebrar que el Gobierno americano quitase la disponibilidad selectiva en el año 2000, que hacía que la señal de satélites se deteriorara y así los receptores comerciales perdían precisión. Ante este hecho, se inventó un juego para el resto del grupo que consistía en esconder un tesoro en las inmediaciones de Portlan, en Oregón. Él les mandaba coordenadas para que supieran llegar. Empezó como un juego para pasar el rato pero según han pasado los años se les han unido millones de usuarios por toda la geografía mundial. A España llegó sobre el año 2008.
Existen diferentes modalidades de este juego: el bookcrossing, con el que se dejan libros en espacios públicos para que lo coja otra persona, que a su vez deposita otro libro; el Bike Crossing, que consiste en arreglar bicis usadas y dejarlas en sitios céntricos de la ciudad para que pueda ser utilizada por alguien que la necesita; PhotoTag, a través de cámaras de fotos desechables que se van pasando entre amigos o también a desconocidos y que regresa al dueño una vez gastada para que las fotos se publiquen en Internet; entre otras.